Por: Tomás Di Bella
No hay solución, no hay el final del túnel con su luz, no hay justicia. Para nadie. Lo que hay son asesinatos, robos, secuestros, extorsiones bancarias, persecución política, encarcelamiento a inocentes, desapariciones y ejecuciones. Los gobiernos federal, estatal y municipal no saben dónde está la brújula, cuál es el rumbo, dónde está la manera de acabar con la impunidad. Y a pesar de que se dice que la corrupción se está combatiendo, que se sigue una línea de investigación, que se tiene valor moral y fuerza ciudadana, la verdad seca e intrínseca es que las cosas han empeorado.
En esta semana han asesinado a dos periodistas en Baja California, Margarito Martínez Esquivel y Lourdes Maldonado López, y lamentablemente uno no puede decir otra cosa. No hay culpables, no existe una declaración de parte de la gobernadora, no hay un indicio de que esto se vaya a aclarar. Los ex gobernadores viven en su jauja millonaria, invierten en sus acciones, hacen los negocios jugosos de los que tanto el presidente de México ha criticado. Y sin embargo sigue todo igual, o peor.
Y no sólo los periodistas, la ciudadanía teme salir y enfrentarse a la pistola del robo, a la patrulla prepotente, al sicario drogado, a la bestia acechante en cualquier lugar de la ciudad. Y sin seguridad de esperanza para volver a la casa, el ciudadano anda a salto de mata. No es exagerado lo que digo. No sólo es el miedo a la contaminación ambiental, o a la infección viral, sigue en su curso el avasalle de la grandes empresas extranjeras o nacionales que cínicas siguen contaminando, depredando, agandallándose los recursos como el agua, la tierra, el aire, la sangre de las obreras, la esencia de la herencia, los sueños de todos.
No hay solución, y a pesar de ello, el podrido sistema que gobierna nos quiere convencer de que las cosas son mejores, de que todo está cambiando para bien, de que vamos progresando.
Díganselo, gobernadoras y presidentas a quienes han perdido a sus seres queridos bajo la bruta violencia de los que se carcajean después de matar. Explíquenselo a los familiares en el dolor. Vayan a su templo político: de este lado esperamos sus palabras, si es que tienen algunas.
MEXICALI, BC a 24 de enero de 2022