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* “Para mí es como si se acabara de ir”, dijo la señora Dolores entre sollozos.
Por: Luis Arellano Sarmiento
MEXICALI.- La señora Dolores Juárez Zavala, acudió al cementerio de El Centinela para rezar en la tumba de su madre, hecho que ha repetido durante los últimos 49 años.
La mujer de 62 años acudió en compañía de una de sus hijas y dos nietos, pues “para mí es como si se acabará de ir”, dijo entre sollozos.
“Quiero estar viniendo hasta que dios me dé licencia, siento que todavía la necesito, creo que a una madre nunca se deja de necesitar, yo no sé si ella se dé cuenta o no, pero yo siento esa necesidad, cada año vengo a verla, cada año vengo a platicar con ella”, indicó la señora que llegó de cinco años a tierras mexicalenses.
Contó que al igual que su mamá, ella es originaria del Distrito Federal, de donde llegaron en busca de trabajo y mejores oportunidades.
Comentó que en otros años ha ido sola al panteón, al mismo lugar donde les ha pedido a sus hermanos que la entierren cuando muera.
“Ojalá no se pierda esa tradición nunca, no nada más a nuestra madre, a todos nuestros seres queridos, que no anden con sus inventos de que si ya se murieron ni cuenta se dan, sólo dios y ellos saben si se dan cuenta o no, pero uno no debe de perder esa tradición”, expresó Juárez Zavala.
La señora recordó que el 7 de octubre de 1967 falleció su madre, “y yo espero seguir viniendo hasta que dios me de licencia, y un día estar aquí con ella, y que dios me perdone porque a veces no acepto que se me haya ido a pesar de los años, y más cuando uno tiene problemas que es cuando quisiera tener el abrazo de esa madre que siempre lo consolaba a uno”, aseveró con un dejo de dolor en su voz.
Dijo tener cinco hijos, mismos que no conocieron a su abuela materna pero un Día de Muerto los llevó a todos, “le dije madre no los conociste, pero aquí están mis hijos; yo quisiera que ellos hicieron lo mismo conmigo pero yo sé que no, ya no sienten tanto el amor hacia las personas, se hacen más materialistas, que triste que se vaya acabando el amor en vida y después de muerto, pero ni modo, sólo dios sabe por qué hace las cosas”.
