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* Desplazadas por la violencia, más de cien recurren a Estados Unidos junto a sus hijos
Por: Luis Arellano Sarmiento
MEXICALI. – 13 de noviembre de 2018.- Cuando unos hombres la intentaron “levantar” a ella y a su hija adolescente, la joven mujer decidió huir de Michoacán para solicitar asilo político en Estados Unidos.
El hecho ocurrió hace dos meses y ahora ella y sus dos hijos están en Mexicali esperando que el gobierno de Estados Unidos les llame para recibirlos en la garita de entrada por Calexico.
Están alojados en el albergue de seguridad Posada del Migrante, estancia altruista que recibe a mujeres y niños principalmente, pero que también da auxilia a hombres que acompañan a sus esposas en el intento de solicitar asilo político.
La joven mujer de 31 años, con nombre ficticio Rosa, llegó a Mexicali hace 14 días en compañía de una hija de 14 y otro pequeño de tres años. Los tres recibieron un número para esperar su turno.
Y es que huyendo de la violencia en sus lugares de origen, en un lapso de mes y medio, por lo menos 123 mujeres en su mayoría procedentes de Michoacán, han solicitado asilo político en Estados Unidos por la garita Mexicali-Calexico; en el registro están 72 niños y adolescentes, también mujeres embarazadas.
En ese albergue están mujeres a las que le han asesinado a sus esposos, hermanos, padres, también a quienes les han secuestrados a sus hijos para forzarlos a integrarse a los grupos delincuenciales.
Rosa se refiere a “ellos” para mencionar a los responsables de la violencia, sabe que son grupos del narcotráfico que en un lugar de Guerrero les decían “los sicarios” y en su tierra natal les llaman “la maña”.
Hace dos años vivió en un pueblo de Guerrero controlado por los grupos delincuenciales, había retenes para decidir quién sale y quién entra a la región; encapuchados, armados. De ese pueblo salió huyendo a Michoacán pues su expareja no la dejó ver a su hijo más chico durante seis meses.
Vivió un tiempo en la ciudad de México y se hizo instructora de zumba, oficio que practicó en su pueblo natal y así mantenía a sus hijos, también fue instructora en otro pueblo cercano hasta que el acoso de los que contralan el lugar se lo impidió. La seguían hasta su casa, la intentaron levantar incluso se enteró que uno de los jefes de los gavilleros estaba interesado en ella. También supo que había hombres acosando a las jovencitas en la secundaria en la que estudiaba su hija mayor.
“Más que nada por mis hijos es que decidí salirme de allá”, dijo
Siguiendo a una hermana que hace cuatro años solicitó y obtuvo asilo político en Estados Unidos, llegó a Mexicali e hizo lo mismo.
Ahora espera su turno junto con otras mujeres y niños que también están en el albergue Posada del Migrante.
Albergue de Seguridad
Al albergue llegan mujeres y menores vulnerables que son canalizados por elementos del Grupo Beta y del Instituto Nacional de Migración (INAMI).
El lugar está en funcionamiento desde hace casi cuatro años aunque en un principio también recibían hombres, pero ahora solo mujeres y niños pues fue la sugerencia del gobierno estatal, comentó la administradora Altagracia Tamayo Madueño.
La activista dijo que el objetivo es proteger al sector más vulnerable, y ahora tiene una capacidad para recibir hasta 300 personas en 26 habitaciones.
Ahí tiene una cocina donde las huéspedes preparan su alimento, también lavan su ropa y esperan su turno en la llamada que les hará el agente de migración de Estados Unidos.
La administradora contó que con el Fondo de Migralidad ha realizado mejoras a lo que alguna vez fue un hotel y que ahora están rentando por 25 mil pesos mensuales, a veces paga de luz 8 mil pesos. Para darle de comer un mes a 122 personas se necesitan 96 mil 322 pesos, dijo la activista.
En ese lugar no se cobra nada a las migrantes, que lo mismo reciben mexicanas o de algún otro país que también hayan solicitado asilo a Estados Unidos por Mexicali.
El albergue se sostiene de donaciones, apoyo gubernamental o actividades que organizan para sacar fondos.
Tamayo Madueño dice que la necesidad de ropa para los niños, zapatos, alimento, agua y cobijas nunca termina por eso recurre a la gente para que se acerque a donar a COBINA ubicado en Lerdo de Tejada 414. De ahí trasladan las donaciones al albergue.
Las personas que se refugien en la Posada del Migrante tienen atención médica, las mujeres reciben terapia psicológica y asesaría jurídica.
Los niños que por emigrar han abandonado la escuela son atendidos por estudiantes tanto de la UABC como del Cetys Universidad, relató la administradora.
