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* Por feminicidio y violación vincularon a proceso al sujeto que reiteradamente golpeaba a su pareja y las niñas
Por: Luis Arellano Sarmiento
MEXICALI. – 25 de octubre de 2017.- Tres días antes de la tragedia, la niña de siete años Hilary observó cómo Javier Enrique “N” golpeaba y sujetaba del cuello a su madre, por lo que acudió a un vecino para pedirle un número telefónico para llamarle a la policía.
La niña contó a otro menor primo del hoy acusado, que su madre estaba siendo golpeada, situación que molestó al violento hombre adicto al cristal y le pegó unas cachetadas a la niña que quedó llorando en el suelo. La niña traía en la mano un papel escrito con el número 911.
Por las constantes agresiones a Rosa y sus dos pequeñas hijas procreadas con su anterior pareja, ese día la mujer le dijo a su concubino que lo dejaría y se regresaría a Sinaloa.
Al día siguiente Javier Enrique asesinó a golpes a la menor de dos años Emma Sofía, además de que el ministerio público también lo acusa de violación impropia.
En la audiencia de control de detención realizada este miércoles 25 de octubre a las 6 de la tarde, la defensa y el detenido no solicitaron tiempo para reunir pruebas a su favor, por lo que el agente del ministerio público solicitó la vinculación a proceso, petición que fue concedida por la juez Manuela Guillermina Cuevas Tapia, quien fijó un plazo de seis meses para concluir la investigación.
El fiscal acusó al imputado de feminicidio y violación impropia en perjuicio de la hijastra de dos años.
El ministerio público relató que entre las 5:30 y las 11:00 horas de lunes 23 de octubre, el acusado estaba solo en un cuarto con la víctima y otra bebé de 8 meses de nacida, esta última hija de ambos concubinos.
La madre de las niñas contó a los agentes ministeriales que tenía un año y seis meses de relación sentimental con Javier Enrique, y que hacía dos semanas llegaron a vivir por la Avenida Enandi del Fraccionamiento Misión del Ángel, al sur de la ciudad.
Ese lunes, Rosa relató que se levantó a las 5:30 de la mañana para arreglar a su hija de siete años para que fuera a la escuela; esa mañana tuvo otra discusión con el concubino. También en ese lapso cambio dos veces el pañal a su hija Emma Sofía, por lo que constató que la bebé no tenía lesión corporal alguna.
La mujer de 27 años dijo que antes de salir de la casa siguió discutiendo con su pareja y le reiteró que lo dejaría y se llevaría a sus hijas. A las 10:33 horas de la mañana, estando en el trabajo recibió una llamada de Javier Enrique, quien le dijo que la niña Emma se había caído de la cama. Una hora después le volvió a marcar para decirle que la niña estaba muerta.
“Establece la testigo que su pareja era adicto a la droga denominada cristal, y que eso lo ponía muy agresivo, que incluso una vez había intentado ahorcarla; que cuando vivían en Sinaloa él le platicaba que trabajaba para unos sicarios y que él había mirado cuando mataban a otros que trabajaban de contrarios”, expuso ante la juez el ministerio público.
La madre de las niñas relató a los agentes que el domingo 22 de octubre su pareja la golpeó en cuello y hombros, en la defensa logró rasguñarlo en la espalda y pecho. Posteriormente empezó a poner su ropa en unas maletas.
También relató que el presunto homicida le dijo que él no quería a las dos niñas porque eran de otra relación, que a la única que quería era a su hija de ocho meses, “que por ello maltrataba mucho a las demás niñas”, abundó el fiscal.
Otro de los testimonios aportados como prueba por el fiscal, fue el de un menor de 17 años primo del imputado, quien constató el maltrato que sufrían las niñas y la mujer, pues vivía en el mismo domicilio.
Un testimonio más fue el de la abuela materna de la víctima, quien relató que “ella sabía que el imputado trabajaba con unos sicarios, cuando se encontraban en Sinaloa, que precisamente se vinieron a vivir a Mexicali porque querían matar a Javier y que también ella (su hija) y las niñas estaban en peligro”.
La niña de siete años, auxiliada con peritos psicólogos, también declaró que el imputado golpeaba a su madre desde que vivían en Sinaloa, incluso describió como el “Kiki” golpeó a la señora un día antes del homicidio.
“Que siempre que se pone ´loco´ las regaña y les pega”, dijo la niña.
La menor víctima falleció por golpes en la cabeza, tórax y abdomen, además de que tenía dos huellas de violación anal, delitos por los que el hombre de 23 años fue vinculado a proceso.
