* Supervisores, inspectores, jefes de sector, de enseñanza, asesores técnicos y directivos revisan prácticas para avanzar en aprendizaje crítico de estudiantes; el carácter formativo de la evaluación está más en la intención con la que se realiza y en el uso de la información que se obtiene que en las técnicas empleadas
Por Gobierno de BC
ENSENADA, B. C.– 18 de septiembre de 2024.- Alrededor de 150 figuras educativas entre supervisores, inspectores, jefes de sector y de enseñanza, asesores técnico pedagógicos y directivos asistieron a la conferencia “Aportes de la evaluación formativa a la mejora del aprendizaje”, actividad realizada en Ensenada por la Secretaría de Educación.
Al respecto, Luis Gilberto Gallego Cortez, secretario de Educación, manifestó que la institución a su cargo promueve la formación, capacitación y actualización de toda la comunidad educativa para brindar un mejor servicio en beneficio de las más de 650 mil niñas, niños y adolescentes de educación inicial, preescolar, primaria y secundaria, atendidos mediante la Subsecretaría de Educación Básica.
Agregó que, en este caso, se contó con la participación del doctor en pedagogía Tiburcio Moreno Olivas, catedrático de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), especialista en temas de evaluación educativa.
En su exposición, Moreno destacó que la Evaluación Formativa es un proceso sistemático para obtener evidencia continua acerca del aprendizaje del estudiante; identificar su nivel y adaptarlo para ayudarle a alcanzar las metas de aprendizaje. Su propósito es favorecer la mejora de algo: un proceso de aprendizaje, una estrategia de enseñanza, un proyecto educativo o un material didáctico.
El académico e investigador agregó que las alumnas y alumnos son participantes activos con sus docentes, comparten metas de aprendizaje y entienden cómo progresan, cuáles son los siguientes pasos que necesitan dar y cómo darlos.
Tiburcio Moreno destacó que la Evaluación Formativa es de carácter continua, que emplea procedimientos informales y depende más de la capacidad de diagnóstico del profesorado que de pruebas o instrumentos técnicos, de ahí la importancia de enfrentar obstáculos para el cambio en las dinámicas de evaluación, como es la persistencia de un conjunto de concepciones y prácticas erróneas que representan un legado fuertemente arraigado en muchas escuelas.
Es necesario, dijo, practicar la evaluación desde el sentido común para ayudar a crecer al estudiante en su desarrollo intelectual, afectivo, moral y social. La evaluación formativa es algo más que las pruebas hechas por el profesor, las entrevistas, la observación, o los portafolios; el carácter formativo de la evaluación está más en la intención con la que se realiza y en el uso de la información que se obtiene que en las técnicas empleadas.
Moreno Olivas añadió que muchos profesores no promueven una enseñanza para la comprensión en la que los contenidos se vean como una forma de entender el mundo, sino que abordan dichos contenidos como hechos aislados, clasificaciones y definiciones que el estudiante adquiere y después no sabe cómo utilizar, por ello es necesario avanzar hacia una cultura educativa que no vea la enseñanza como transmisión de información centrada en contenidos excesivos e irrelevantes.
También avanzar en promover el aprendizaje crítico y no centrarse en evaluaciones que sólo verifican la capacidad para responder de memoria a preguntas del docente. Si se quiere cambiar la manera de aprender, hay que cambiar la forma de enseñar, y un elemento clave de la enseñanza del profesor es su sistema de evaluación.
Entre las autoridades educativas presentes en la actividad formativa estuvieron: Oscar Eduardo Alejos Aguilar, coordinador de Fortalecimiento a la Gestión Educativa; Zeltzin Cabanillas Villa, coordinadora de Educación Básica en Ensenada; así como con la asistencia de directores y coordinadores estatales y municipales de los distintos niveles y modalidades educativas.