Columna SIN NOMBRE
Por: Luis Arellano Sarmiento
MEXICALI.- Hace más de 20 años el delito de desaparición forzada no estaba tipificado y para que la entonces procuraduría iniciara una investigación formal, literalmente, era necesario encontrar el cuerpo del delito, es decir, encontrar muerta a la víctima.
Ese argumento de los encargados de procurar la justicia, evidentemente beneficiaba a los delincuentes, por eso escondían los cadáveres a sabiendas que no iniciaría una investigación si nunca encontraban el cuerpo.
Como reportero esa versión la escuché varias veces. Lo más cercano a una pesquisa por parte de la autoridad, era la privación ilegal de la libertad, que para dicho delito la víctima debía aparecer y entonces aplicar las penas, mismas que se agravaban si la privación duró más de 24 horas o si fue utilizada la fuerza. Si la víctima no aparecía todo quedaba en el limbo, aun cuando gran porcentaje de los “levantones” terminan en homicidio. Tampoco investigaban secuestro porque no pedían rescate por los plagiados
Con el paso de los años se tipificó la desaparición forzada pero sólo cuando el delito lo cometía un elemento de autoridad policial, por lo que este supuesto delictivo penal excluía a los narcos que son quienes realizan las desapariciones para eliminar a quienes les estorban.
Posteriormente, por lo menos en la legislación federal no así la de Baja California, tipificaron la desaparición forzada por parte de los particulares.
La reciente localización de 14 cadáveres asesinados e inhumados en la colonia Miguel Alemán del valle de Mexicali, no tiene precedente en la historia del municipio.
Quienes llegamos a residir a estos lares, en algún momento escuchamos o leímos la existencia de “los chemitas”, que eran los matones del ex gobernador Braulio Maldonado Sández, que gobernó Baja California de 1953 a 1959.
Relatos orales y escritos exponen a este grupo como los asesinos del régimen, quienes ejecutaban a opositores políticos o periodistas; y en vox populi quienes enterraban y desaparecían a sus muertos en la “Laguna Salada”. Esto último aún está en calidad de leyenda porque nunca se han descubierto los cuerpos.
El pasado 12 de julio, la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda, informó en sus redes sociales que habían localizado cuatro cadáveres en la colonia Miguel Alemán, en el límite del valle de Mexicali con Sonora. También dijo que el fiscal general Iván Carpio Sánchez informaría el hecho un día después y así fue.
Esa zona colindante entre Sonora y Baja California, desde la colonia Miguel Alemán, al sur hasta el poblado Francisco Murguía, (unos 45 kilómetros aproximadamente), se caracteriza porque el cauce del Río Colorado es también la línea divisoria entre ambos estados.
Podemos expresar que “las espaldas” de los ranchos o parcelas últimas del territorio bajacaliforniano, colindan con zona federal de lo que antes del hombre blanco fue el inmenso cauce del río. En esa zona de la colonia Miguel Alemán localizaron las narco fosas.
Evocando los anales delincuenciales de ejecuciones masivas en Mexicali, en junio de 1999 siete hombres fueron privados de la libertad cerca del ejido Chiapas 3; los automóviles en que viajaban fueron cortados con un soplete y arrojados al canal Reforma.
Una semana después, no muy lejos de ahí, en Estación Pescaderos también en el Valle de Mexicali, fueron localizados los siete cadáveres carbonizados. El crimen fue atribuido a la banda de “los Garibay”, familia que tiene su emporio en el ejido Chiapas desde hace décadas.
Precisamente en esa zona de los ejidos Chiapas 1, 2 y 3, en la propiedad de los Garibay, la entonces Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), localizó asesinado y enterrado al agente ministerial Federico Alvídrez Viramontes el 24 de septiembre de 2002.
En aquella ocasión, siendo procurador Antonio Martínez Luna y subprocurador Zona Mexicali, Javier Salas Espinoza, los reporteros fuimos llevados hasta la fosa donde localizaron al ministerial oriundo y residente del poblado Guadalupe Victoria del extenso valle.
A los años, Martínez Luna fue denunciado en un video testimonial que estaba ligado al cártel de Sinaloa, pero los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón nunca hicieron por investigar. Salas Espinoza acaba de ser designado Fiscal Anticorrupción en Baja California.
Palabras más palabras menos, con ese video y asesinato del ex policía Ramón Velázquez, el cártel de los Arellano Félix, pública y mediáticamente acusó de “competencia desleal”, porque a su juicio, la autoridad estatal estaba en contubernio con el cártel de Sinaloa.
Cuando hace 21 años nos llevaron al rancho de los Garibay, lo primero que encontramos era una mansión, en el recorrido atrás del pick up oficial, veías granjas, vacas y caballos, también un extenso estanque de agua en el que practicaban piscicultura posiblemente sembrando camarón.
No estaba cerca, para llegar a la fosa era necesario atravesar veredas y esquivar árboles o arbustos, todo era ya zona de influencia del Río Colorado, y ahí habían enterrado al policía ministerial.
Derivado de la investigación por el asesinato de Alvidrez, la procuraduría localizó dos cadáveres más enterrados en el llamado rancho del terror; se detuvo a tres integrantes de la banda y encontraron un arsenal entre lo que destacó una bazuca y varias ametralladoras.
La versión oficial fue que el ministerial realizaba investigaciones de robos a empacadoras de hortalizas, y en su búsqueda se encontró al fumigador Gustavo Castro Larios, residente del ejido Tabasco secuestrado en 2002, y cuyo cuerpo fue localizado enterrado en el rancho.
A consecuencia de las declaraciones de los detenidos por el homicidio del oficial de la policía ministerial, la PGJE buscó sin éxito a los hermanos Francisco y Reynaldo Vázquez Razo, secuestrados y asesinados en marzo del 2000.
Una vez que la investigación pasó a manos de la entonces Procuraduría General de la República (PGR), hoy Fiscalía General de la República (FGR), se dijo que buscarían por lo menos ocho muertos más en el rancho de 7 kilómetros cuadrados (700 hectáreas). Nunca se realizó tal búsqueda.
La remembranza viene a colación por el reciente hallazgo de 14 cadáveres en la zona de la colonia Miguel Alemán contigua al Río Colorado, también en “la espalda” de las parcelas. La zona del ejido Chiapas está a unos 8 kilómetros del suroeste de la Miguel Alemán, siguiendo el cauce del río.
Los grupos de madres y familiares de personas desaparecidas, aquí y en todo el país, han tomado un papel preponderante en la localización de cuerpos. Casi a diario la Fiscalía General del Estado de Baja California (FGE) emite pesquisas a petición de familiares cuyo pariente no regresó a casa; el día de hoy 27 de julio: dos varones, un hombre de 43 años residente de Ciudad Morelos y otro joven de 29 también del Valle de Mexicali; los de ayer 26 de julio: dos jóvenes de 33 y 31 años residentes de las colonias Lucio Blanco y Villas del Rey, ambos de la ciudad.
El Servicio Médico Forense (Semefo), informó que tres de los catorce cadáveres exhumados entre el 12 y 19 de julio en la colonia Miguel Alemán, ya han sido identificados y entregados a sus familiares.
Entre los cadáveres hay personas que tenían desde uno, hasta varios meses y probablemente cuatros años de haber fallecido, según estimó el director de Semefo, César González Vaca.
Ese mismo 12 de julio que empezaron los hallazgos en el valle contiguo a Sonora, localizaron un cuerpo enterrado en la zona poniente de la ciudad, a unos cien metros después de la última casa urbana en la colonia Las Reynas.
Un antecedente inmediato de fosas clandestinas en Mexicali, se remonta a hace poco más de dos años, el 13 de mayo de 2021, cuando elementos de la fiscalía localizaron cinco cadáveres en dos fosas ubicadas en la zona desértica cercana al poblado Coronitas, al poniente de la ciudad.
Tres días antes, en la manifestación de protesta que familiares de desaparecidos realizaron por el 10 de mayo en el Centro Cívico, entrevisté a una madre afligida que buscaba a su hijo; cuando pregunté a Semefo sobre la identificación de los cinco cuerpos, respondieron que sólo sabían la identidad de uno, era el hijo de esa señora.
Por el momento, la Comisión de Búsqueda tiene suspendidas las jornadas hasta nuevo aviso, no es descabellado pensar que encontrarán más cuerpos en esa zona pegada al río.
La situación se complica pues una narco manta colocada en un comercio al oriente de Mexicali, hace referencia a que denunciarán más de 80 muertes, pues según escribieron, ya llevaban 17 denunciados aludiendo a los cadáveres exhumados recientemente.
La lona aludía directamente al fiscal Iván Carpio Sánchez, al director de la policía municipal, Pedro Mendívil García, y un agente de la municipal, acusándolos de una supuesta relación con “los rusos”, un grupo delincuencial perteneciente al cártel de Sinaloa, y quienes están en pleito con “los chapitos”, otro grupo que también se dedica al narcotráfico y están en disputa.
27 de julio de 2023