* En el último año se priorizó la salud y la seguridad en los centros penitenciarios de BC: Morales Riubí
Por: CESP
MEXICALI, B.C., a 19 de marzo del 2021.- La pandemia de COVID-19 ha sido el tema más difícil que ha enfrentado el sistema penitenciario de Baja California en el último año, asegura el comisionado Salvador Morales Riubí, al destacar la reanudación de visita de familiares de las personas privadas de la libertad en los centros de la entidad.
El hasta hoy titular de la Comisión Estatal del Sistema Penitenciario (CESP) dijo que el momento más difícil que le tocó enfrentar al frente de esa responsabilidad fue la crisis de COVID-19 que se tuvo de manera simultánea en Mexicali y El Hongo.
Recordó que se llegaron a tener 300 casos sospechosos y se tuvo el temor que se pudiera salir de control. Sin embargo, se hizo un gran esfuerzo en la coordinación con las autoridades sanitarias, y aunque se registraron decesos se logró contener la fase crítica al interior de los centros.
Afirma que en el camino se aprendieron muchas cosas, y conforme en el exterior la situación ha ido mejorando es que apenas la semana pasada se reanudaron las visitas en los centros penitenciarios de la entidad.
Morales Riubí asumió el cargo el 20 de marzo del 2020, y al día siguiente, la Secretaría de Salud decretó la suspensión de visitas a los Centros de Reinserción Social, como parte de las acciones para controlar la pandemia y prevenir contagios de las personas privadas de la libertad.
Reconoce que en un principio no conocía la magnitud de esa decisión, pero conforme se empezó a aplicar vio lo que ello implicaba para la población penitenciaria y todo el sistema en su conjunto.
Y es que, al inicio de la pandemia los familiares no tenían información y tampoco confianza en las autoridades, sobre el estado de salud de sus privados de la libertad.
Ahora con la reanudación de las visitas, los familiares han visto las medidas de control sanitario y la responsabilidad con la cual se ejercen, y sobre todo, ver y conocer las condiciones médicas de las personas en internamiento.
En ese sentido, destacó que en coordinación con la Secretaría de Salud se definió un protocolo de prevención que es aplicado en todos los centros penitenciarios de la entidad.
Para el ingreso en cada área se tienen filtros sanitarios, en los que el uso de cubrebocas, gel antibacterial y sanitización es obligatorio en lo general, y así los han constatado los familiares ahora que se reanudaron las visitas.
Además, Morales Riubí señaló que la contingencia por el virus COVID-19 ha dejado una gran lección para las personas privadas de la libertad y los elementos de custodia, “nos ayuda a redefinir la convivencia diaria al interior de los centros penitenciarios por la sana distancia, la limpieza, la instalación de filtros sanitarios, el uso de cubrebocas en todos los espacios”.
“Si la pandemia no hubiese estado presente se pudo haber hecho más en otros aspectos, pero se atendió el reto principal que se tuvo que fueron la salud y la seguridad de los centros penitenciarios”, añadió.
A largo plazo, refirió Salvador Morales, que el sistema penitenciario de Baja California se encuentra en un proceso de redefinición del modelo de reinserción social a partir de un trabajo con el equipo de la comisión estatal además de asesores nacionales.
Al día de ayer, la población penitenciaria era de un total de 12 mil 733 personas privadas de la libertad; 2 mil 480 en Mexicali; 4 mil 294 en Tijuana; mil 167 en Ensenada; El Hongo I, 3 mil 359; El Hongo II, mil 026; El Hongo III, 457; en tanto a 52 jóvenes en los centros de internamiento para adolescentes en la entidad.
La tarde de este viernes, Salvador Morales Riubí se separa del cargo que ocupó durante doce meses.