* Las llamas llegaron a colonias y ranchos cercanos a la zona serrana
Por: Marco Arellano Sarmiento
PLAYAS DE ROSARITO.- 25 de octubre de 2019.- Ante la emergencia porque el fuego llegó a rancherías y colonias en Playas de Rosarito, taxistas, dueños de pipas, bomberos, brigadistas, empleados de gobierno y posesionarios de pozos, trabajaron en conjunto para controlar el incendio forestal iniciado en San José de la Zorra, Ensenada.
La noche de jueves y madrugada de este viernes 25 de octubre, el fuego llegó a la zona urbana de Rosarito, justo en las colonias Lomas Altas 1 y 2, que son las aledañas al cerro de El Coronel.
La mañana del viernes 25 de octubre, la ciudad amaneció bajo los efectos del humo, con cenizas por todos lados y las calles despejadas de transeúntes y automóviles.
Pegada a Lomas Altas está la colonia Morelos, a cuyas casas también alcanzó el fuego incluso la noche previa tuvo interrupción de la electricidad.
La base de los taxistas verdes, ubicada en esa colonia, tuvo afectación parcial pues los trabajadores se encargaron de mojar paredes y techo; las casas vecinas de madera si alcanzaron a quemarse.
También muy cerca de ahí, el Rancho Guacatay se quemó parcialmente, pues los lugareños ayudaron a que el fuego no se extendiera más, las pipas remojaban los inmuebles a los que no llegaba el fuego todavía.
Los taxistas de Rosarito, de manera gratuita trasladaron a los pobladores evacuados, lo mismo a algún lugar seguro que a la preparatoria del Cobach o el auditorio Ruffo Appel lugares habilitados como albergues. Algunos no quisieron alejarse de sus viviendas, otros sí tomaban documentos importantes y aceptaron la ayuda.
A la par de los bomberos, las pipas particulares se movilizaron gratuitamente para sofocar las llamas, algunas mangueras se rompieron; la gente ayudó con palas, con cubetas, todos con un mismo objetivo.
Los vientos de Santa Ana propagaban el incendio que para el viernes a medio día ya había llegado a Rosarito, Tijuana y Tecate; iban 4 mil 600 hectáreas quemadas, según informó en el momento la Comisión Nacional Forestal.
El viento esparció las ramas encendidas a muchos metros de distancia; los brigadistas especializados para el combate incendios forestales resultaron insuficientes.
Para donde voltearas el horizonte se tornaba gris por el humo, aún más para el rumbo de Tijuana.
Bomberos, brigadistas, taxistas y empleados de gobierno, protección civil, policías y posesionarios de pozos, coordinados para que la afectación fuera menor.
Ante el trabajo constante, hubo quien llevó burritos, agua potable, naranjas y emparedados para quienes tenían la encomienda de combatir el fuego.
Para la tarde del viernes, el fuego no había sido controlado ni en el lado de Baja California, ni en el vecino estado de California.