Por: Luis Arellano Sarmiento
MEXICALI. – 24 de abril de 2018.- Una hora antes de cometer el asesinato, Sergio Enrique pidió a su amigo que detuviera el automóvil en una farmacia para comprar unos guantes de látex, mismos con los que inició una agresión estrangulando a su novia Valeria Ahumada Jáuregui, joven madre de 23 años.
Su amigo y conductor del carro Infiniti G20 color gris con placas de California, fue testigo del homicidio, incluso se alejaron juntos del lugar donde dejaron el cuerpo de la muchacha.
Este martes 24 de abril el feminicida fue vinculado a proceso por la jueza Sara Perdomo Gallego, por lo que dio un plazo de seis meses para que la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) culmine la investigación.
Ante la jueza, el agente del ministerio público Rafael Orozco Vargas relató las declaraciones de siete testigos, entre ellos el presencial del crimen Óscar Manuel y la madre del hoy imputado por feminicidio.
El fiscal dijo que le hicieron saber a la mamá del imputado, su derecho a no declarar ante la autoridad cuando se trate de una investigación que se le sigue a un ser querido, sin embargo, la mujer aceptó declarar lo que sabía.
Por su parte, la madre de la víctima dijo que el 14 de abril pasado a las 8:40 de la noche llegó a su domicilio ubicado en la colonia Villas de la República y se percató que su hija Valeria no estaba en casa.
Luego recibió una llamada del teléfono del novio de su hija, pero a la voz estaba Valeria, quien le informó que estaba con Sergio Enrique y más tarde regresaría a casa.
Al día siguiente se percató que la joven no regresó y marcó a su hija pero no le contestaba; luego se comunicó vía mensajes con el hoy imputado, quien le dijo que Valeria no estaba con él porque habían tenido una discusión, por “lo que la mamá de Sergio Enrique le había pedido un Uber a Valeria, y que en ese Uber se había ido a su casa”, relató el fiscal de la PGJE.
Para el lunes 16 de abril, el propietario del predio a medio construir ubicado en la esquina de avenida San Lázaro y Cerro La Encantada de la colonia Lonas de Abasolo, notificó que en su propiedad había una mujer muerta.
El conductor del Uber narró a los agentes ministeriales que a las 6:26 horas del domingo 15 de abril le solicitaron un servicio en el fraccionamiento Villas del Colorado, domicilio de Sergio Enrique, quien le informó al chofer que pagaría el servicio pero debía ir a recoger a un primo que estaba muy tomado, justo en la misma colonia donde vivía Valeria.
Sin embargo, al llegar al domicilio que le dieron nadie salió, por lo que dio terminado el servicio.
La madre del imputado por feminicidio, narró que al sábado 14 de abril a las 10 de la noche llegó a su domicilio, ahí estaban su hijo con la novia conviviendo, por lo que se fue a dormir.
Pero a las doce de la noche se despertó porque Valeria y Sergio Enrique discutían fuertemente, por lo que les llamó la atención y regresó a dormir.
“A ella no le pareció raro que estuvieran discutiendo fuerte, toda vez que durante toda su relación Valeria y Sergio habían tenido problemas y discutían mucho al grado de llegar a los golpes”, refirió el agente del ministerio público aludiendo al testimonio de la madre del imputado.
El testimonio de la mujer establece que se volvió a despertar a las 5 horas del domingo 15 de abril porque escuchó golpes contra la pared y el piso.
Acto seguido encontró a Valeria tirada en el piso del porche, y sobre ella Sergio Enrique tapándole con sus manos la boca y nariz.
“Señala que en aquel momento su hijo tenía la cara como loco, pero que nada más les llamó la atención y se volvió a meter otra vez”, dijo el fiscal.
Luego el joven le pidió prestado el teléfono a la madre para solicitar el Uber que supuestamente transportaría a Valeria.
Después llamó a Óscar Manuel y le pidió que fuera al domicilio pues debía llevar a Valeria a su casa. El amigo del imputado llegó y la pareja abordó el carro en los asientos traseros.
La madre del imputado declaró ante el ministerio público que “posteriormente, como a las 8 de la mañana regresan su hijo Sergio Enrique en compañía de Óscar, ya sin Valeria”.
El fiscal Orozco Vargas relató la declaración de Óscar Manuel, mismas que fue hecha el miércoles 18 de abril, dos días después de que encontraron el cadáver de la víctima.
El sujeto que en la investigación aparece en calidad de testigo, no de cómplice, dijo que desde las 11 de la noche del sábado 14 de abril lo estuvo llamando su amigo para que le diera un raite.
Pero hasta las 5 de la mañana pudo acudir al llamado y fue hasta donde estaba la pareja de novios.
Llegando al domicilio, abordaron el carro Sergio y Valeria, siguieron discutiendo y el hombre le decía “me vas a decir o no, es la última vez que te lo pregunto, no estoy jugando”, a la vez que le gritaba y la tomaba del cuello y del brazo.
El testigo contó que Sergio le dijo que no fuera hacia el domicilio de la mujer, y le instruyó a detenerse en una farmacia, se bajó solo y regresó con una bolsa de plástico blanca.
Posteriormente, el imputado guio al conductor hasta el lugar donde mataron a Valeria, justo frente a la casa que está en obra negra, frente a un kínder.
Para ese entonces ya estaba amaneciendo, eran las 7 de la mañana y la pareja seguía discutiendo, por lo que según el testigo se fue a una tienda a comprar unos cigarros y fumó lejos de la pareja.
Cuando regresó vio que el hombre estaba ahorcando a Valeria en el asiento trasero del carro, traía puestos los guantes de látex; la cabeza de la víctima salía del carro, sometida.
Según Óscar, lo primero que hizo fue darle una patada a Sergio Enrique y el imputado soltó a Valeria.
“Te estas ondeando le decía, pero el imputado le respondía: esto tiene que pasar porque habló de más, se le soltó la lengua”, relató el ministerio público a la jueza.
Para ese entonces Valeria ya no reaccionaba, estaba con la cabeza fuera del carro y tenía cortado el cuello, también sangraba por la nariz.
El homicida le pidió al testigo que le ayudara a bajar a la mujer, pero no accedió. Luego el hombre violento llevó a la mujer hasta la parte posterior de la casa a medio construir.
El testigo dijo que “se fue a asomar” hasta donde estaba el cuerpo, y miró que Valeria tenía muchos golpes en la cabeza, había un pedazo de concreto manchado con sangre, “y miró en ese momento que Sergio se encontraba sobre Valeria y que le estaba cortando o metiendo un vidrio en el cuello de Valeria”.
Luego Sergio envolvió los guantes de plástico, el vidrio y el pedazo de concreto en una sudadera, con la intención de eliminar las evidencias.
Ambos sujetos se fueron del lugar igual que como llegaron, uno manejando el carro y el otro en la parte trasera.
En el trayecto, según contó Óscar, el imputado lo amenazó con matarlo si decía algo, también dijo que pensaba suicidarse.
Al pasar por un lote baldío de la calle San Pedro Mezquital, en una zona de escombró Sergio le pidió que parara el vehículo, lugar donde arrojó la sudadera con los objetos con que cometió el crimen.
Según el testigo, Sergio Enrique se bajó del carro con la bolsa de Valeria, y en ese momento aceleró el vehículo y abandonó al agresor en ese lugar.
El testimonio de la madre del imputado, estableció que Sergio y Óscar regresaron a su casa juntos, a las 8 de la mañana del domingo 15 de abril.